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Bienal Internacional de Arquitectura

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Noticias

Una arquitectura “bordada” reivindicará la colectividad de los cuidados durante la Bienal Mugak/

  • La quinta edición de la cita arquitectónica construirá tres intervenciones efímeras en las tres capitales vascas durante los meses de octubre y noviembre de 2025.
  • Tras una exitosa convocatoria con propuestas llegadas de diversos países, el jurado ya ha escogido la ganadora para Donostia: un diseño que recupera el bordado como tradición históricamente asociada al cuidado y a la producción artesanal femenina.
  • Bajo el nombre ‘Levedad y denuncia: el bordado como utopía en femenino’, propone un espacio donde el cuidado deja de ser una responsabilidad individual y se convierte en colectiva.

 

“Imagina un mundo donde las tareas vinculadas al cuidado no son una responsabilidad individual, sino colectiva”. Es la propuesta de la arquitectura efímera que la Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak/ construirá el próximo otoño en Donostia, un diseño que combina arquitectura, impresión 3D y bordado.

Donostia ha sido el escenario de una reflexión sobre la utopía que entrelaza memoria, innovación y participación social. Además de la ganadora, se han premiado otras dos propuestas, y las tres destacan por su capacidad para visibilizar narrativas históricas y culturales, convirtiendo el espacio público en un lugar de encuentro y de diálogo sobre las utopías posibles. En esta ciudad, la Bienal Mugak/ explora cómo la arquitectura efímera puede ser un vehículo para el cambio social y la creatividad colectiva.

‘Levedad y denuncia: el bordado como utopía en femenino’

La intervención donostiarra volverá a estar ubicada en la explanada de Alderdi Eder, junto al consistorio, al igual que en la pasada edición de la Bienal. En esta ocasión, la propuesta escogida ha sido ‘Levedad y denuncia: el bordado como utopía en femenino’, del estudio madrileño Izaskun Chinchilla Architects.

El diseño recupera el bordado, una tradición históricamente asociada al cuidado y a la producción artesanal femenina, y lo eleva a la categoría de herramienta arquitectónica y política. Su planteamiento no solo reflexiona sobre la ausencia histórica de autoras femeninas en el pensamiento utópico, sino que reivindica su presencia mediante la representación de una estructura que simboliza las luchas por la igualdad, la justicia y la creatividad en el ámbito urbano, y “borda” las fronteras entre la tradición y la innovación, el pasado y el futuro.

La estructura textil tensada, de formas curvas y ligeras, puede acoger bajo sí misma diversas actividades. Juega con la tensión y la transparencia para crear un espacio de encuentro efímero y simbólico, un “lugar seguro para el cuidado infantil”, señala el estudio. Además, su diseño incluye la posibilidad de cerrarse en sus extremos, “creando un espacio interior que puede ser supervisado, lo que favorece la organización de talleres y reuniones para padres y madres. La ubicación, frente a un área infantil y la playa de la Concha, está pensada para facilitar la participación de quienes tienen responsabilidades de cuidado. Por último, también se concibe como un espacio para asambleas, proyecciones de cine y discusiones sobre temas vinculados a la utopía, ofreciendo refugio contra las inclemencias del tiempo. Este enfoque integral busca fomentar un ambiente de colaboración y reflexión en la comunidad”.

El tradicional bordado se combina con la tecnología de impresión 3D, un enfoque alineado con la sostenibilidad y los objetivos de la Bienal. El jurado ha destacado la “sobresaliente capacidad para entrelazar estética, materialidad e impacto cultural, logrando traducir el lema de la Bienal en una propuesta arquitectónica profundamente significativa y reflexiva. El proyecto resalta la utopía desde una perspectiva feminista, haciendo visible cómo las prácticas tradicionales asociadas a las mujeres, como el bordado, pueden ser un medio para imaginar y construir futuros alternativos”.

La decisión la ha tomado un jurado profesional con figuras de relevancia nacional e internacional: la comisaria de la Bienal, María Arana; el director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Gobierno Vasco, Pablo García Astrain; el concejal delegado de Diversidad, Inclusión y Medio Ambiente del Ayuntamiento de la ciudad, Iñigo García Villanueva; el arquitecto Tomás Valenciano, en representación del COAVN Gipuzkoa; el cofundador y director tecnológico de la cooperativa Indart3D, Aitor García, que patrocinará la intervención arquitectónica y suministrará material y tecnología para su construcción; Samira Aït-Mehdi, arquitecta de la École d’architecture et de paysage de Burdeos; y la arquitecta Clara Hurtado, del clúster Habic.

Segundo premio y accésit

El jurado decidió otorgar el segundo premio, con una dotación de 1.000 €, a la propuesta ‘Zarcillo’, llegada desde Madrid y creada por Jesús San Vicente, Franca Colmenarez y María Galán. Se trata de una única pieza impresa en 3D, una construcción aparentemente compleja con una geometría generada algorítmicamente con una sola operación de giro. El jurado valoró “su aproximación modular y sostenible”, ya que “responde a los objetivos de sostenibilidad y economía circular de la convocatoria”. Además, destaca su capacidad para ser desmontada y reutilizada en otros contextos”.

Además, se otorgó un accésit a ‘La utopía ya existe’, de Oscar Cruz García y Paula Moraga Santano (Madrid), “por su osadía formal y su lectura innovadora del territorio y el patrimonio. La idea de reinterpretar elementos históricos como ‘castillos en el aire’ y transformarlos en visiones utópicas para el futuro resuena profundamente con el lema de la Bienal”. La propuesta propone una reinterpretación contemporánea del Monte Oriamendi, invirtiendo su forma para devolverla a la ciudad como símbolo de diálogo entre naturaleza, patrimonio y futuro. El jurado destacó especialmente su potencia estética y su capacidad para generar debates en torno a la transformación del territorio.

Propuestas entrelazadas: un diálogo sobre la utopía

En Bilbao, la propuesta ‘Etxenoi’ se ubicará en la plaza de las Mujeres y propondrá, a través de materiales reutilizados, reinterpretar la arquitectura como un ejercicio de responsabilidad colectiva. En Vitoria-Gasteiz, un muro dividirá la plaza de la Virgen Blanca mediante ‘Utopía: prohibido el paso’, una propuesta que cuestionará la existencia de fronteras e invitará a la participación ciudadana.

Todas las propuestas se entrelazan y construyen un diálogo sobre la utopía. Las premiadas en Donostia convierten el espacio público en un escenario donde la memoria, la innovación y la participación social se unen para generar encuentros significativos y reflexiones compartidas. Este enfoque se conecta con el de Bilbao, que mira hacia el futuro a través de la regeneración sostenible de su paisaje urbano; y con Vitoria-Gasteiz, que utiliza la arquitectura efímera como herramienta de expresión crítica en el espacio público. Juntas, las tres ciudades configuran un círculo narrativo en el que la sostenibilidad, la memoria y la expresión colectiva se combinan para construir una visión multidimensional de las utopías posibles.



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