El tema de la charla es presentar el papel del audiovisual (Cine, TV) en la mitificación de la ciudad y la suburbia a lo largo del siglo XX así como su incapacidad para renovar modelos una vez aquellos se han demostrado demasiado rígidos e inadecuados a los cambios sociales que han transformado nuestra forma de vivir y trabajar.
En apenas unos años, en el tránsito de la década de los veinte a los treinta del pasado siglo, el cine pasó de mostrar la gran ciudad desde la fascinación a retratarla como un Moloch que devoraba almas. Al cine, la ciudad le resultaba un marco extraordinario para conflictos de todo tipo: genios incomprendidos, ambiciones frustradas, identidades en crisis, apetitos insaciables, subsuelos criminales, áticos de triunfadores y, por todas partes, accidentes construyendo biografías. Los planes para despejar sus densos e irrespirables centros debieron esperar al final de la Segunda Guerra Mundial y para entonces fue la televisión quien edificó el mito de la suburbia americana, a través de sitcoms y anuncios con hogares clónicos que años después retrataría Bill Owens en su célebre libro fotográfico Suburbia (1973).
Para entonces, sin embargo, el deseo de abandonar estos lugares y su reglada perfección (habitada por blancos anglosajones en la ficción) se había hecho insoportable para muchos. En la década de los sesenta los experimentos en torno a comunidades autónomas, alejadas de centros urbanos y armonizadas con la naturaleza se multiplicaron, inspiradas en pensadores como Buckminster Fuller y sus ideas sobre hábitats nómadas, comunales y autogestionados.
Las ideas de Fourier y sus Falansterios, o Thoreau y sus refugios, se recuperaron en proyectos diversos en parajes lejanos y no tan distantes de urbes, a la vez que proliferaban megaciudades como las ideadas por Constaninos A Doxiadis.
Tanto unas como otras, utopías y distopias, quedaron registradas en numerosas fábulas cinematográficas, pero principalmente en la ciencia ficción.
Series y películas han sido ciertamente perezosas a la hora de ofrecer una visión realista de otras comunidades posibles, más allá de la parábola grotesca (Themroc 1973) o la idealización inalcanzable (Avatar, 2009). Entre unas y otras, han abundado las hipérboles del mundo que ya conocemos (Eduardo manostijeras, The Truman Show) pero no tanto el reflejo de un mundo que ya se está construyendo entre la urbe y la naturaleza, en formas de organización que trascienden también la familia tradicional y ejerciendo trabajos que escapan a las rutinas del pasado siglo. ¿Quién se atreverá a reflejar esto?
Esta charla se completa con una proyección.
Organiza: Espacio Réflex